Los verbos simétricos

(Ricardo Mansoler)

Entre los verbos simétricos
existen dos categorías bien diferenciadas:

Negativos y positivos  (simétricos, son
designados verbos que expresan acciones
que denotan la participación de más de un
sujeto)

Negativos:  
Debatir, discutir, luchar, combatir, ajusticiar.

Positivos: 
Dialogar, consensuar, compartir, competir,
reprimir, amar.

II
Positivo y Negativo son complementarios,
ambos son necesarios en una armonía sana:
El ritmo armónico divide, tiempos fuertes y
débiles.
El ritmo, no sería posible sin el silencio.

(El silencio nunca es neutral, puede percibirse
como negativo o positivo según su función en
el tiempo)

III
“Ama tu ritmo”  El imperativo enunciado
que inicia el conocido poema, es una fórmula
prodigiosamente positiva:  El ritmo, es puro
movimiento  -un movimiento repetitivo-
y es la esencia de la vida. Todo ser vivo
contiene funciones rítmicas, está compuesto
de ritmos que lo expresan bajo distintas formas.

El ritmo es el alma de la vida, aunque  es una
manifestación física, verificable y mensurable.
Sí, es una medida:  “Ama tu ritmo, y mide tus
acciones”

(La acción de medir es claramente positiva, 
pues produce conocimiento y seguridad
ontológica:  lo que no se puede medir, no
existe, como averiguó la ciencia. 
Producción, conocimiento, seguridad, son
términos positivos que suman, en alguna
medida)

IV
¿Y el amor?  ¿Qué es el amor?

Hay versiones, no contamos con una 
definición definitiva y taxativa. Pero
sabemos que es un sentimiento de alto
valor positivo;  acaso el más alto.

Luego, el amor, verbo positivo por
antonomasia y también simétrico  (salvo
el caso patológico conocido como amor
propio), suele producir distinta clase de
relaciones asimétricas , que redundan en  
subordinación, dominación, resignación
y hasta violencia.

Lo positivo, es que hay otras opciones:
Se puede reincidir, seguir participando 
y repetir como el ritmo ordena.

Aunque el amor es ciego, y nunca se sabe
si lo elegido era la mejor opción.

V
Ama tu ritmo, podría ser la opción
superadora. Pero no sería simétrico, y
acaso el ritmo no te corresponda, ni te
ame.

Las almas tiene sus bemoles, su armadura
de clave y sus propias cláusulas rítmicas:
Hay ritmos simples y compuestos, algunos
muy complejos. Pero todos se descomponen
en células rítmicas.  

(Es complicado amar algo que se descompone)

Ama tu ritmo, él sólo pide obediencia,
y repetir en forma indefinida:
El ritmo es un fin en sí mismo.

¿Como el amor?

La experiencia repetitiva ofrece más
seguridades que el amor, y se puede
sostener un ritmo mientras se espera
por almas pares o simétricas.

(Aspirar no es un verbo simétrico, pero
aspirar es siempre positivo)

VI
Ama tu ritmo, y ritma tus aspiraciones:
es lo que  hay, se puede repetir…

(Si te resulta dudoso, extraño o
complicado, hay otros objetos y 
sujetos rítmicos para armar y amar:

Ama el de Darío, 
que hará brotar en ti mundos diversos
o busca en el multiverso, en la sección
ofertas. Hay ritmos para todo y todos,
ama alguno, no importa la propiedad
intelectual ni el autor material: 

Todo ritmo es apropiado y apropiable;
basta entrar y repetir.  Sólo nos pide
obediencia)

Si no te sienta el de Darío
y ninguno te convence, 
está el mío, que es único, irrepetible,
asimétrico, reutilizable  y sin valor 
comercial.

No está acá, debe andar por ahí,
no sé ni cuando ni donde lo perdí.

De almas, ranas y almorranas

(Carlos Inquilino)

Una rana en la almohada.
Podría ser un hada
que adoptó esta forma:  toda
hada puede cambiar de cuerpo
como de almohada.

Las hadas son almas inquietas
como ranas, no descansan
en almohadones ni en almohadas.

Una rana cualesquiera dada
puede dudar entre ser hada
o hado, o simple rana que nada
sin saber cual es el lado
correcto de la almohada.

Las almas tienen sus aristas,
las hay que arrastran historias
opinables o punibles; cargan
con ese peso que no pasa.

Las ranas son más livianas 
que su nombre: la almohada no
se hunde ni deforma por su peso:

Se puede compartir perfectamente
la almohada con un hada y una
rana anonadada.

La rana no se queja ni acusa
problemas cervicales
ni almorranas; observan una
dieta sana.

Se sabe más de ranas, que
de hadas y almas. Se desconoce
si las ranas tienen alma.

No sabemos mucho de ranas;
sabemos que saltan, croan y son
buenas nadadoras  -aunque sólo
cultivan un estilo: pecho-

Se diferencian de hadas y almas
en que éstas no se reproducen,
aunque no lo sabemos a ciencia
cierta.

Hace algún tiempo, era común
utilizarlas en el aula para producir
conocimiento:

La disección de la rana, una
clase práctica donde se abría
el pequeño cuerpo, para que
los educandos observaran y
conocieran su contenido.

¿Cada estudiante portaba su cadáver?

No, se necesitaban vivas para
estudiar sus signos vitales.

Nuevos recursos para alcanzar el éxito poético

(Amílcar Ámbanos)

La reconversión
es un recurso renovable
y esencial para la evolución.

Una herramienta al alcance
de cualquier usuario 
en ejercicio de la función poética, 
sea un iniciado o un mero aspirante
(toda aspiración puede ser reconvertida
en otra más sustentable)

Comparto mi experiencia:
(hay que compartirlo todo, menos el
peine)

II
Tomé un poema abandonado, que
carecía de definición y vacilaba
entre resoluciones dudosas y la
revelación de decisiones opinables
y mal terminadas.  Todo lo cual,
concurría en una expresión de claro
resultado deficitario:

No era lo que prometía, ni era lo
que parecía. ¿era un poema?
No podría afirmar que sí, ni que no.

Decidí reconvertirlo, para ponerlo
en valor, y puso manos a la obra.


III
No quité ni agregué, respeté su
composición original. Sólo alteré
el orden, cambié unas palabras 
de lugar y noté como se generaban
otras funciones y relaciones, se
incrementaba su versatilidad y
florecían nuevas oportunidades.

La operación fue exitosa:
Obtuve otro poema, que con el
mismo costo rinde el doble o más,
(no puedo precisar, no necesito)


IV
Conclusión: 

La economía está en la alteración.
El éxito, es pura alteración  
(sé que muchos no compartirán; 
lo acepto con empatía: es sabido
que el éxito genera enemigos, hay
quienes no perdonan el éxito ajeno.
Como el peine, el éxito no se puede
compartir)

Hay mucho por alterar, la
reconversión es una inversión
segura:  El poema, ya  reciclado y
reconvertido se sigue desarrollando.

Ahora funciona, y ofrece todas las
seguridades y utilidades que puede
ofrecer un poema.

El estado interesante *

(Horacio Ruminal)

El estado interesante, amén de ser uno
de los más dudosos entre los estados
conocidos, es un estado paradojal:
Un estado inestable, tan provisorio
como relativo  (propiedad natural de
los intereses).

La condición que agrega el adjetivo, 
ni siquiera depende del propio sujeto
de ese estado, que para asumirla y
reconocerse merecedor/a/e, debe
verificar la existencia de interesados/
as/es, algo por demás dudoso, en tanto
se vincula a la percepción, que tantas
veces nos engaña.

Luego, nunca sabremos si se trata de
un interés real, o sólo un artilugio
para obtener algún beneficio o utilidad:
Hay quienes son capaces de fingir muy
bien y están dispuestos a hacer cualquier
cosa para obtener lo que desean y satisfacer
sus intereses, que acaso no sean los nuestros.

Los intereses son cambiantes, volátiles,
sujetos a la evanescencia de los mercados,
a diferencia del sujeto propio, que siempre
es idéntico a sí mismo, aunque cambie de
opinión y de intereses.

Por último, volviendo al objeto de este
ensayo sin pretensión filosófica o
literaria ni interés alguno que merezca
reproducirse, pero aceptando que todo
texto es político, cabe volver a formular:

El estado interesante ofrece más dudas
que certezas:  ¿Qué se puede esperar de
un estado inestable?

Que nadie espere nada de esos interesados
que pululan por doquier y hablan nuestro
mismo idioma.  Suelen medrar con los
discursos mejor tramitados y hacer virtud
del engaño alabancioso.

Hay que saber leer la letra chica de cada
vocablo, cada emisión u omisión, cada
silencio.

Mi estado es éste: ¿un sustantivo, un verbo?
¿Una respuesta vacante?

Espero no escribir nunca nada interesante.



* (De Teoría del Estado /  IX)

A la memoria del ladrillo hueco

(Asensio Escalante)

“No hablan las paredes
ni murmuran los muros”
    (Anónimo, S. IX)


Escribo mejor frente a una pared,
dijo el ciego.

Las paredes amparan.
Las paredes separan,
reparan y contienen.

Me siento cuidado y contenido,
por no decir protegido:  Nada nos
protege de la memoria.

Las paredes no tienen memoria, 
sean pares o impares, no tienen
nada que olvidar. 

Ninguna sabe cuantas manos 
fueron necesarias para levantarla,
ni cuantas lo serán para derribarla.

Ni saben cuantas manos de pintura
recibieron en su historia objetiva
y vertical.

No saben de arena ni de cal,
ni de ladrillo hueco o ahuecable.
No evocan el revoque fino, ni la
afinidad perdida en el tiempo.

No saben lo que contienen, ni
lo que supieron contener.

No saben lo que callan, pero callan:
son reservadas.  
No necesitan confiar en sus pares 
para descansar de sí mismas y aliviar 
el peso de la gravedad histórica.

Su condición vertical es ahistórica,
no sufre alteraciones, ni goza.

Por el contrario, yo sólo puedo hacer
memoria, un exceso que permite la
metáfora:  la memoria ya existe,
está hecha de distintos materiales
-no muy nobles- pero sigue en obra:

Siempre faltan detalles de terminación.

Cuévanos

(Aquino Lamas)



¿Cuántas cosas caben en un cuévano?
¿es más que una palabra?
¿Cuánto vacío puede contener un
cuévano maduro?

Cuando Eva, evacuando su cueva
reconoció a su madre en el agua
al ver su imagen reflejada, 
dijo habemos, bebamos, y todo
comenzó a bajar y ordenarse
con fluidez, como era necesario
para que la necesidad descienda
y se replique:

Me bajó, confirmó Eva
aún sin un interlocutor válido.

(Vio que era bueno el descenso,
y aún mejor descender de otros.

Repasó su flamante pasado
al tiempo que exclamaba:

¡Qué cueva que evacué,
qué cueva que evacué!

(bis)

Vio que era bueno repetir
y repitió y engendró:

Dio a luz el ritmo,
madre de todo
en sus distintos géneros.

Hace falta

(Tomás Mercante)

No hace falta ir al campo para sembrar.
No hace falta ir a un aula para estudiar.
No hace falta ir a misa para rezar.
No hace falta.

No hace falta ir a las fuentes para abrevar.
No hace falta ir a una cancha para jugar.
No hace falta ir al agua para nadar.
No hace falta.

No hace falta ir al centro para concentrarse.
No hace falta ser escribano para no escribir.
No hace falta ser nudo para desnudarse.
No hace falta desnudar para conocer
No hace falta ser ciego para no ver.
No hace falta.

No hace falta obtener para tener.
No hace falta tener valores para agregar valor.
No hace falta tener para compartir:
No hace falta autorización ni hace falta
empoderarse para poder compartir esa falta.
No hace falta.

Hay un pozo vacante
que crece y se expande,
no para de ganar profundidad.

Puede ser tuyo
¿no pensaste?

No hace falta.

La rana y la ranura ramificable

(Dudamel Rambler)

La rana entró por la ventana.
Una ranura le alcanzó, 
no alcancé a percibir el momento
de su entrada airosa a mi casa.

¿Cuántas cosas y criaturas imperceptibles
se filtran por ranuras y persianas de
ventanas sin ser del todo detectadas?

¿Cuántas ranuras disponemos
que no percibimos ni sabemos?

¿Cuántas ranas y ranuras, entrantes y
salientes y/o vacilantes, pasan por
nuestras ranuras perceptivas sin alcanzar
a ser registradas?

¿Podría, todo ese movimiento que
nos es ajeno, en tanto que no percibido,
ser parte del paisaje de la vida?

¿Cuántos sentidos caben ahí:  en la luz
de una mínima ranura que se filtra 
como rana en la ventana?

¿Ramifican los sentidos ignorados, y
seguirán reproduciendo brotes en el
aire, indiferentes a la conciencia superior
que los designe?

¿O ranifican como ranura penetrando
en el sentido que se filtra?

¿Cuántos sentidos concomitan en la ranura
de la u del anuro que se infiltra por la
ventana del poema ya ultimado?

El turismo que viene

(Esther Miño)

La industria del turismo es la inversión
más sustentable de cara al futuro que
se avecina.

Una industria que no para de crecer:
Al turismo convencional, supo agregar
el turismo étnico, antropológico, religioso
o confesional, escatológico, el turismo
sexual, virtual o presencial, y ahora suma
el turismo ontológico:

El suscriptor es guiado por una galería
de plataformas con acceso a distintos
niveles de coaching ontológicos, que le
ofrecen atención personalizada, brindándole
los recursos para generar toda la empatía
disponible.

Un tour con esquema evolutivo y controlado
por personal altamente especializado, que
concluye en Cositorto, el punto más alto
(formador de coachings, con una dilatada
experiencia)

Ahí, en un éxtasis empático, el turista recibe
un shock de energía positiva y acaba entregado
al goce de la autosuperación y entregando todo,
para obtener un certificado oficial, válido y
habilitante.

Poema disponible a disposición de la justicia

(Remigio Remington)

Estar disponible a todo,
la condición poética esencial
según el poeta francés.

¿es posible y practicable?

Disponemos de poetas franceses, 
turcos, chinos, uruguayos, rusos,
griegos y latinos, junto a polacos,
africanos, ingleses, peruanos y de
toda procedencia conocida.

Sin ir más lejos, disponemos 
de una especie autóctona.

Sabemos que los hay por doquier,
pero saber no es conocer:

Para conocer hay que estar disponible,
se hace saber, reconociendo que no es
posible conocer ni leerlo todo.

Disponemos de un tiempo acotado,
hay que saber disponer.

Un poeta no necesita ser nativo, para
naturalizar su oficio u arte monótono,
su vocación renunciable, ejercida en
la noche solidaria o en el bosque o
a bordo del bidet en comisión.

Para conocer la experiencia poética
no es necesario conocer lo que hacen
o hicieron los poetas…

(Aunque el conocimiento es un arma:
las armas son recursos, medios; como
el estudio, el sacrificio, el tiempo 
destinado o la naturaleza de esta lapicera.

La Naturaleza misma es un recurso 
para escribir un buen poema bucólico
y acaso metafísico.

Pero el recurso poético por antonomasia
es la inspiración, más que las musas y la
rebelión de las masas.

Sólo hay que estar disponible,
los recursos están:  gracias al conocimiento
acumulado y en pleno desarrollo, sabemos
que disponemos de todos los recursos y
disponemos de los recursos tecnológicos 
para aprovecharlos en forma adecuada:

El planeta todo es un recurso, y más allá
también… Incluso las palabras son recursos
para obtener consensos, formar opiniones,
generar poemas y producir sujetos, con o
sin vocación poética. No importa la vocación,
hay vocaciones disponibles para todos.  El
desarrollo natural dispone los recursos
para que nadie se sienta excuído:

Todo sujeto es un recurso, 
estamos en condiciones de afirmar
-me acaba de confirmar el individuo-

Sólo hay que estar disponible a todo
y disfrutar el paisaje natural
a cada contribuyente: 

el zumbido de la entrañable mosca
que visita nuestra mesa familiar
y examina las mucosas superiores
de la casa, o el vuelo cadencioso
de las aves carroñeras, que pasan
revista a las novedades disponibles
y enriquecen el poema con su canto
como ofrenda:  

Hay cadáveres