(Ester Miño) Ante las líneas enemigas somos objetivos. No hay medias tintas ni claroscuros: todos somos blancos. Es para celebrar la condición aglutinante, la supremacía ontológica del blanco. Pueblos blancos Pueblos elegidos Pueblos que han sabido elegir y defender su blancura. Hay que blanquear lo justo y necesario, la sangre es un insumo histórico, un recurso renovable, toda la historia contiene sangre y fuego: el fuego purifica. Entre fuego amigo y enemigo evoluciona la pureza. Hay fumata: humo blanco que se eleva… Elevamos una oración por los caídos en acción. Elevamos una oración por el blanqueo de capitales, por la trata de blancas en los mercados negros. Elevemos una oración en blanco por la renegociación de la sangre derramada y por un derrame justo y soberano. Emitamos una oración volátil por los recursos naturales y los cheques voladores. Un verso blanco por la reconversión de los conversos. Oremos, mientras se consagra el blanco de la hostia para que la sangre fluya cada vez más pura. Oremos en silencio, por las emisiones libres de impurezas. Oremos, sin matices, por las formas puras, para que no haya grises: Oremos por la evolución de la blancura. Oremos por el conocimiento objetivo y las verdades puras. Ante las líneas enemigas somos objetivos: somos blancos, el futuro será blanco o de ningún color (el blanco no es color, es superior a todos los colores y siempre se impone) Oremos, mientras oreamos las banderas que nunca arriaremos. Elevemos esta oración armada de pureza, en el nombre de todos los blancos y hacia las blancas cumbres y alturas insondables. (Mide la extensión de la oración, dice el Oráculo: el peso puede dificultar el éxito de su elevación)
Archivos Mensuales: junio 2021
Emisiones libres de material dudoso
(Tomás Mercante) Hay dadores y receptores - debe haber - Hay predadores y deudores solidarios, hay prestamistas, prestatarios. Hay emisiones dudosas y silencios cómplices. Hay remilgos y escarceos, hay misiones silenciosas y riesgosas. Y omisiones ominosas. Hay un riesgo al emitir un juicio, una palabra, un punto de inflexión. Hay quien vacila ante el riesgo de excederse en su emisión, vacila con premeditación y sólo emite dudas. Entre emisor y receptor queda la duda: un comercio dudoso. Hay dudas de distinto signo, todos somos receptores y dadores, el tráfico de dudas es intenso. El intercambio genera deudas, dudas, creencias y acreencias, pero poca o ninguna certeza. Sin duda, lo más seguro es limitarse a la emisión de puntos suspensivos...
666 Reencarnación de los carniceros
666 REENCARNACIÓN DE LOS CARNICEROS
(Óscar Hahn: Chile, 1938) Y vi que los carniceros al tercer día, al tercer día de la tercera noche, comenzaban a florecer en los cementerios como brumosos lirios o como líquenes. Y vi que los carniceros al tercer día, llenos de tordos que eran ellos mismos, volaban persiguiéndose, persiguiéndose, constelados de azufres fosforescentes. Y vi que los carniceros al tercer día, rojos como una sangre avergonzada, jugaban con siete dados hechos de fuego, pétreos como los dientes del silencio. Y vi que los perdedores al tercer día, se reencarnaban en toros, cerdos o carneros y vegetaban como animales en la tierra para ser carne de las carnicerías. Y vi que los carniceros al tercer día, se están matando entre ellos perpetuamente. Tened cuidado, señores los carniceros, con los terceros días de las terceras noches. (Fuente: Marcelo Sepúlveda Ríos)
Los juegos venenosos
(Asensio Escalante) La mancha venenosa, un juego que jugamos todos: En algún lugar de la memoria está la mancha. La memoria son manchas, registros discontinuos, tenues o intensos: muchas manchas que no se tocan entre sí ¿o sí? El juego asociativo hace que fluya la memoria: Pocas cosas nos maravillaban como el mercurio, el metal líquido que brilla y fluye a la velocidad de la contradicción. Era una fiesta cuando se rompía un termómetro. Juntar las bolitas gotitas esparcidas, a ver quien armaba la más grande. Si te lo tragás te morís, decían como si fuera previsible que quisiéramos probarlo. Era veneno, y acaso saberlo aumentaba el misterio y la atracción por ese brillo líquido. La bolita de mercurio... La sensación de tenerla en la mano, sentir ese contacto venenoso y percibir su peso (el metal líquido, es también el más pesado ¿otra contradicción?) Lábil, como todo líquido, la bolita responde al menor movimiento de la mano, oscila, buscando el centro de gravedad. También se asocia al lujo, el brillo del mercurio: El vecino ostentoso del barrio que sacaba a pasear su coupé Mercury, V8, tan brillante e impecable como envidiable… Agresiva, potente y penetrante… ¿Cuántas mujeres podrían resistir a algo así? La imaginación infantil, nos lleva a pensar un mar de mercurio, puro brillo. Y a fascinarnos con ese lejano planeta hecho de mercurio, que a pesar de su peso se mantiene en órbita. La mancha venenosa… La memoria, manchas que brillan más que otras, venenos buenos y malos que persisten en emitir su brillo, más tenue o más intenso. La memoria, esa mancha que persiste, indeleble a veces. El tiempo y sus saberes desterraron al mercurio de la vida cotidiana. Aunque no del todo: El mercurio, sigue contaminando aguas, cuerpos y memorias. ¡ Mancha ! ¿Quién no soñó, de niño, brillar como el mercurio? (o al menos como Alfredo)
La duda auténtica
(Asensio Escalante) La verdadera duda nunca está sola. La autonomía es una falsa opción en el cultivo de los cuerpos que cultivan. Habitamos un mundo en desarrollo, un cultivo dudoso, donde todo puede ser obtenido y desechado con la misma pasión. Creemos en la pasión, conocemos la disipasión. Cultivar es un acto de fe, la fe libera endorfinas. Somos libres para cultivar, la sangre libre siempre cotiza y posée un alto valor de reventa. ¡Libérate, hermano: cultívate! Cada cual es libre de elegir el cultivo deseado. (Conocí el Río Deseado cuando joven, pero no pedí ningún deseo: No encontré nada que desear) Cultivar es fácil, tanto o más que ser cultivado. Primero hay que saber desear, luego aspirar, apasionarse y cultivar sin compasión. Ana cultiva su genciana, amarga pero sana. Rosa, un clavel del aire. Ariel: su hiedra y un erial autóctono. Ricardo un anacardo, Alfredo bledos… Todo vale, no importa lo que elijas, hay cultivos efímeros, dudosos, espontáneos: Ninguno es descartable si hay deseo: todos podemos ser objeto de algún deseo extraviado. Ser objeto o sujeto, no cambia la ecuación ni las condiciones del cultivo. Hay suficientes objetos y sujetos para traficar y tramitar deseos, dudas y palabras: todos somos capaces de cultivar un deseo dudoso. Cultivo una rosa negra, sé reconocer los distintos tonos de negro y sus matices, así como distingo al poema verdadero de otras emisiones dudosas. Hay que saber diferenciar la pluma del poeta, de la de tantos émulos copiosos y rapsodas repetidores. Hay que saber: Hay grises, no es oro todo lo que reluce: hay brillos que sólo son reflejos y todos somos aprendices.
Los hábitos efímeros
(Estanislao del Signo) No quise eclipsarme, es cierto, ¿pero cuánto no quise? No contaba, no, ni consigo ni conmigo para conseguir un crédito difuso, blando, autóctono y obsceno: como adjetivo dado a cuenta de los saldos a vencer. ¿venceremos? Abajo abdica, hay armas, urnas, uñas, y utensilios, se buscan excrementos encarecidos que acrediten el paso de la diosa Necesidad. II Los adictos al silencio, no cuentan, no necesitan cómplices. Hay suficiente prueba, podría detenerme y acabar así. El ahorro de energía es capital para la producción humana de enseres y anticuerpos, y la materialización de sueños razonables y poemas asintóticos, isotópicos y asintomáticos, cuya efervescencia sanadora es capaz de producir un bienestar ridículo y auténtico. Los hábitos humanos no prescriben, solía leer con alguna frecuencia que ahora ahorro: III El ahorro: un buen título para un poema hermético, conceptista, liberador y apócrifo, bien provisto de un automatismo acérrimo. Tan revelador como irrelevante. El ahorro forzoso, sería una alternativa para ampliar la base de sustento y acceder a la soberanía poética. La mampostería del poema es tan sólida y resiste como el humo de los dogmas que circulan más abajo. Abajo estoy yo consigo: yo consigo nosotros conjugamos vosotros consensuáis, ellos obtienen. La unidad no se negocia, sólo nos unen negocios, consensuemos conmigo repitamos conmigo: hay que suturar, empalmar, obturar grietas y fisuras, articular y reparar para volver a generar las condiciones de repetición. IV Soldado aprende a soldar, se necesita precisión, se precisa una capacitación permanente para no necesitar ni ser necesitado: El verdadero sentido es un participio pasado. Soldado aprende a googlear. Soldado aprende a emprender, hoy nadie vive de un sueldo… Soldado venga
Responso
(Tomás Lovano) Ha partido nuestro hermano Asco miceto. Un buen hongo, cuya alma despedimos con esta sencilla oración. Un hongo humilde, que supo sufrir y gozar como cualquier mortal y después de haber agotado su condición efímera, abandona este valle de lágrimas, sangre, y otros fluídos residuales que no es atinado enumerar en esta hora. Rogamos por la paz de su alma, Asco miceto ya no está, es sólo un tenue registro en la memoria de quienes lo conocimos. Su alma ha emprendido el viaje postrero, ya no podrá pecar entre nosotros. Pero nos deja sus esporas, como prenda de fe y esperanza. Adiós, hermano… Que tu alma sea acogida por el Amor infinito del Supremo: Oremos… Ahora, en un acto de contrición, reflexionemos en silencio con nosotros mismos y en comunión con Asco, mientras nos respondemos: ¿Has cosechado lo que sembraste? ¿Somos amos de lo que cultivamos, con o sin amor? ¿O viceversa? ¿Qué cultivar en esta época del mundo? ¿Somos fungibles al amor? ¿Somos aptos para el cultivo? ¿Merecemos todo lo que necesitamos? ¿Somos aptos par el consumo divino? Asco ha abandonado el mundo material, ha trascendido su condición fugaz y ahora se eleva hacia los planos superiores, cumpliendo el plan divino. Nos encontraremos con Asco cuando la voluntad divina lo disponga. Hombres y hembras, hongos y hongas, en las diversas expresiones de la libre autopercepción genérica, todos somos parte de un diseño superior: Nos une un destino común, somos emanación divina y todos somos biomasa. Practiquemos la humildad como Asco, un hongo humilde, un semejante, un prójimo, un hermano. Hasta siempre, Asco...
Arma tu propia armonía
(Horacio Ruminal) Somos plurales, abiertos, inclusivos. Somos objetivos, pero no imparciales. Cuando el silencio fue salud mantuvimos el saludo silencioso observando la parte saludable: emitir lo necesario y justo. Somos objetivos pero no imparciales, nuestra misión indeclinable es contribuir a la Historia del silencio, un silencio justo, libre y soberano. El pueblo está solo. Es lo que hay que saber para avanzar en lo posible. La producción de silencio no puede interrumpirse ni detenerse: No se detenga, el centinela abrirá fuego, leemos en silencio. El pueblo no se equivoca, guarda silencio. La soledad inclusiva no descarta a nadie. El silencio cómplice - táctico o estratégico - es sólo un momento del movimiento, una parte del silencio que aspira a ser salud. Saludemos a los nuevos integrantes, participantes, contribuyentes, auspiciantes, compañeros aspirantes. Somos objetivos, pero no imparciales. Las parcialidades son siempre arbitrarias. Los adictos al silencio no necesitan cómplices
Listas únicas
(Estanislao del Signo)
Hubo un tiempo en que leía
a primera vista, ávido y metódico,
anotaba las palabras dudosas o
desconocidas en una lista: era
un asiduo lector del diccionario,
una forma de incorporar vocabulario.
Hubo un tiempo en que hacía listas:
(Se puede hacer listas de todo) de los
libros a leer, de la música que quería
conseguir, de las ideas a desarrollar,
de los poemas a escribir…
Hasta se puede hacer una lista
de las listas que se podrían hacer.
Listas que daban lugar a otras listas:
Por caso, pude redescubrir la música,
incorporar conocimiento y volver a
esa pasión abandonada. Entre el rigor,
la disciplina autoimpuesta y el caos del
autodidactismo, se filtraba el placer
de componer. Luego, había un material
que ordenar: una lista para los temas que
había que trabajar, otra para los que estaban
armados pero faltaba algún retoque; otra
para los que parecían interesantes pero no
estaban resueltos, y otra, con aquellos que
eran sólo un esbozo, una idea en germen
que esperaba un desarrollo… Y por último,
una lista con aquellas obras que consideraba
acabadas, listas: Listas para ser expuestas
ante quien quisiera oír (como no tenía un
público exigente, ni ningún otro, no había
ningún apremio y podía seguir haciendo
listas)
Para mantener en forma los dedos, tenía
un lista de ejercicios obligados, práctica
diaria, a los que iba agregando otros.
Hubo un tiempo en que toqué con otros,
distintas experiencias de ensambles, tríos,
dúos, antes de retomar mi condición solista.
Una experiencia que enriquece al músico,
nativo o por opción: compartir, escuchar al
otro y reconocerse parte de algo colectivo.
Y claro, la oportunidad de confeccionar
una lista de temas a ensayar.
Hubo un tiempo en que casi no tocaba;
afectado por problemas posturales y tensiones
no resueltas, la disposición física acotaba los
tiempos y la práctica mecánica se reducía a
repetir un repertorio para no perderlo:
Tenía una lista de estudios y composiciones
ajenas y propias que tocaba siempre, privilegiando
los de mayor dificultad (que eran los que generaban
más tensión: un círculo vicioso)
La rutina repetitiva, sólo puede sostenerse sobre
una buena condición física y un interés sin mengua:
No fue el caso.
Hubo un tiempo en que casi no tocaba.
Hubo un tiempo en que casi no leía.
Hubo un tiempo en que casi no escribía:
Hacía listas.
Este texto fue escrito hace años,
estaba en una lista de material no publicable,
escritura descartable.
Pero… ¿Cuál no lo es?
Me preguntaba mientras armaba una lista.
El arte sano
(Onésimo Evans) El arte de empalmar los pólices pasando por los dígitos del tejido asociativo del portador implume, comprometido o sano, avieso u avezado, docto y ungulado, conecta y recompone los destinos más adversos y diversos en soluciones isotópicas y mágicas. El arte puede estimularte, enriquecerte, empobrecerte, revelarte o rebelarte o arengarte o estandarte: No le creas demasiado, no hay un arte sano -el artesanado sólo expresa un momento en la historia de la producción- Sé pulcro con tus emociones y deseos, evita los excesos y desmadres. Protege lo que tejas. Vive tu vida, bebe tu bidú. Sírvete a ti mismo y no codicies el ajenjo ajeno.